Te has quitado tus zapatos. Se te hundían en la arena de la playa.
Son azules, los zapatos digo, igual que los de tu hijo. Curiosamente él, el hombre de tu vida, también lleva algo azul, sus pantalones son exactamente del mismo tono, ¿casualidad? no lo creo.
Ella, tú, le muestras la arena.
-Mira Carlos, está húmeda.
El pequeño, Carlos (¡cualquiera lo diría!) observa la arena con curiosidad, rechazo, interés, se siente inseguro ante algo tan nuevo.
Su padre le sujeta firmemente, no le va a soltar, no le dejará caer mientras, tú, le das la mano animándole a tener una nueva aventura a cada segundo.
De fondo, el mar suena, a mar.
MAFY.
wau
ResponderEliminarSin ánimo de crear polémica, me dirijo a La oveja roja para indicarle que lo correcto hubiera sido decir "beee" en el comentario.
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