Él estaba absorto,
nada podía alterarle.
Estaba en su propio submundo.
Nada que él pudiera oír,
quizá si ver u oler.
Nada que le pudiera alterar.
Nada que le sacase de ese estado de embriaguez musical.
Él estaba escuchando música a través de su nuevo ipod.
MAFY.
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