DE PRINCIPIO...

lunes, 9 de mayo de 2011

Tic, tac, tic, tac...

Tic, tac, tic, tac...
susurra el tiempo.

Te quiero,
susurras tu.

Tic, tac, tic, tac...
continua, susurrando el tiempo.


MAFY.

lunes, 2 de mayo de 2011

Al fondo el mar. (Día de la madre 2011).

Al fondo el mar huele, a mar.
Te has quitado tus zapatos. Se te hundían en la arena de la playa.
Son azules, los zapatos digo, igual que los de tu hijo. Curiosamente él, el hombre de tu vida, también lleva algo azul, sus pantalones son exactamente del mismo tono, ¿casualidad? no lo creo.
Ella, tú, le muestras la arena.
-Mira Carlos, está húmeda.

El pequeño, Carlos (¡cualquiera lo diría!) observa la arena con curiosidad, rechazo, interés, se siente inseguro ante algo tan nuevo.
Su padre le sujeta firmemente, no le va a soltar, no le dejará caer mientras, tú, le das la mano animándole a tener una nueva aventura a cada segundo.
De fondo, el mar suena, a mar.
MAFY.

Muerte a color.

Dejé mi rastro en aquel camino como en tantos otros, aquel que me había conducido a los pies de ese árbol en el que mi madre me había contado tantas historias, reales o inventadas. Fantasía, imaginación, color, Niñez; me sentía como un rey navegando en mi propio rio lleno de misterio. Y entonces, cuando todo era perfecto mi papá me dijo que tenía que ser mayor. Grito, no puedo soportarlo, grito entre tanto color apagado, entre tanta muerte a color.

MAFY.

Mojada.

Dejé que la lluvia mojase todo. Dejé que mojase mis ideas, que se escurrieran por mi cuerpo hasta caer al suelo hechas una papilla. Necesitaba nuevos pensamientos.

Noté como mi paso se aceleraba mas y mas hasta hacerme correr. Las gafas se me empañaron, no podía ver nada. Mejor. No necesitaba nada, solo nuevas ideas.

MAFY.

Tu chaqueta en mi cama.

Dejaste tus errores sobre mi cama.

Olvidadas tus disculpas sobre mi cama.

Y tus promesas…

al lado tantos besos, caricias, abrazos…

Sobre mi cama.

Te dejaste tu chaqueta sobre mi cama.

Tu chaqueta repleta de palabras;

errores, disculpas, promesas, besos, caricias, abrazos…

olvidados sobre mi cama.

MAFY.

No quedaba...

No quedaban libros… , no quedaban oraciones, no quedaban versos ni estrofas, no quedaban perífrasis, adjetivos, pronombres, monólogos ni chistes malos... no quedaba libertad.

MAFY.

La magia de la tecnología.

Él estaba absorto,

nada podía alterarle.

Estaba en su propio submundo.

Nada que él pudiera oír,

quizá si ver u oler.

Nada que le pudiera alterar.

Nada que le sacase de ese estado de embriaguez musical.

Él estaba escuchando música a través de su nuevo ipod.


MAFY.

Quiero...

Quiero esto.
Quiero lo otro.
Quiero lo de más allá.
No soy feliz.
Tienes todo lo que quieres.
¡NO!
Quiero tus abrazos y caricias.
Quiero mirar tus ojos con ese brillo esmeralda.
Quiero hablar contigo sin cables de por medio.
Quiero caerme y que tú me ayudes a levantar.
Quiero presumir de papá y no de banquero.
Quiero… quererte.
¡Hijo! No lo quieras tener todo,
no seas egoísta.
MAFY

La ceguera.

Sabía que era una acera, notaba los baldosines bajo mis pies. A mi derecha una farola y a mi izquierda el bordillo descendía en picado dándole un toque de aventura y peligrosidad a mi paseo.

Escuché la respiración acelerada de algún ejecutivo asmático que se acercaba con prisa hacia mí. Y como una chica, posiblemente joven, mantenía una conversación con su madre, basada prácticamente en monosílabos. Le escuché venir hacia mí, pero no me aparté.

-¡Ah!, lo siento.

Así, ese ejecutivo algo asmático y con prisa dejaría de pensar en el trabajo por unos instantes, para dedicármelos a mí.

MAFY

Frente a mi se alza esa mirada, tú.

Frente a mí se alza esa mirada,

alerta.

Esa mirada que busca

debajo de mi abrigo.

Encuentra. Un botón.

Abre o cierra. Una cremallera.

Analiza. Un bolsillo.

Tira o guarda. Depende.

Frente a mí se alza esa mirada.

Frente a mi te alzas tú

MAFY