Me diste aquellos marrones, naranjas, ocres, rojizos y te pinté estos campos de castilla, que aparecen al otro lado de la ventanilla del coche, en el que viajo hacia aquellos azules y verdes, líquidos, de los que me hablarás esta noche, para poder pintar un mar infinito en tonos e imaginación. Y así ser capaces de navegar en un velero blanco de sueños imposibles cuando estemos, esta noche, desnudos sobre tu cama.
MAFY
Me gusta, no se por qué pero me gusta.
ResponderEliminaryo tampoco se por que pero también me gusta es como... no se, deja buen sabor de boca.
ResponderEliminarBueno no nos emocionemos que seguro que se puede pulir y mejorar.
ResponderEliminarUna historia colorida...y con mucho sabor ^^
ResponderEliminar