DE PRINCIPIO...

sábado, 8 de octubre de 2011

Matices.

Me diste aquellos marrones, naranjas, ocres, rojizos y te pinté estos campos de castilla, que aparecen al otro lado de la ventanilla del coche, en el que viajo hacia aquellos azules y verdes, líquidos, de los que me hablarás esta noche, para poder pintar un mar infinito en tonos e imaginación. Y así ser capaces de navegar en un velero blanco de sueños imposibles cuando estemos, esta noche, desnudos sobre tu cama.

MAFY

Esta tarde de otoño...


Esta tarde de otoño, como tantas otras, he caminado hasta aquel murete en el que mi madre me había contado tantas historias, reales o inventadas, cargadas de imaginación, color, niñez. Mi madre nunca había crecido, o a mí me gustaba creerlo así. Ella me hacía sentir como una reina navegando en mi propio rio lleno de misterio. Durante todas aquellas tardes habíamos creado mundos y nos habíamos apoderado del tiempo modificándolo a placer. Hasta que un día, sin yo comprenderlo muy bien, me dijo que tenía que ser mayor. Grité, no podía soportarlo, grité entre tanto color apagado, entre tanta muerte a color. Algún día lo entenderás termino diciéndome.

Aun hoy no lo he comprendido.


MAFY.

Vacaciones.

Llegar a casa, el mundo sigue.

Igual.

Monótono.

Donde lo habíamos dejado.

Listo para retomarlo,

para sentirlo,

para vivirlo.


MAFY.

lunes, 9 de mayo de 2011

Tic, tac, tic, tac...

Tic, tac, tic, tac...
susurra el tiempo.

Te quiero,
susurras tu.

Tic, tac, tic, tac...
continua, susurrando el tiempo.


MAFY.

lunes, 2 de mayo de 2011

Al fondo el mar. (Día de la madre 2011).

Al fondo el mar huele, a mar.
Te has quitado tus zapatos. Se te hundían en la arena de la playa.
Son azules, los zapatos digo, igual que los de tu hijo. Curiosamente él, el hombre de tu vida, también lleva algo azul, sus pantalones son exactamente del mismo tono, ¿casualidad? no lo creo.
Ella, tú, le muestras la arena.
-Mira Carlos, está húmeda.

El pequeño, Carlos (¡cualquiera lo diría!) observa la arena con curiosidad, rechazo, interés, se siente inseguro ante algo tan nuevo.
Su padre le sujeta firmemente, no le va a soltar, no le dejará caer mientras, tú, le das la mano animándole a tener una nueva aventura a cada segundo.
De fondo, el mar suena, a mar.
MAFY.

Muerte a color.

Dejé mi rastro en aquel camino como en tantos otros, aquel que me había conducido a los pies de ese árbol en el que mi madre me había contado tantas historias, reales o inventadas. Fantasía, imaginación, color, Niñez; me sentía como un rey navegando en mi propio rio lleno de misterio. Y entonces, cuando todo era perfecto mi papá me dijo que tenía que ser mayor. Grito, no puedo soportarlo, grito entre tanto color apagado, entre tanta muerte a color.

MAFY.

Mojada.

Dejé que la lluvia mojase todo. Dejé que mojase mis ideas, que se escurrieran por mi cuerpo hasta caer al suelo hechas una papilla. Necesitaba nuevos pensamientos.

Noté como mi paso se aceleraba mas y mas hasta hacerme correr. Las gafas se me empañaron, no podía ver nada. Mejor. No necesitaba nada, solo nuevas ideas.

MAFY.